He de aceptar que nunca he sido muy bueno con las sorpresas. Una parte de mí, quizá ese niño interior que aún vive, se precipita ante la emoción y no se puede contener. Casi como cuando, más de veinte años atrás, la emoción de abrir los regalos en navidad no me permitía conciliar el sueño en nochebuena. Es por eso que esta vez había encomendado semejante sorpresa a mi hermana, en un intento de no revelar nada antes de tiempo y a su vez poder sorprendernos ambos.
Al acercarnos a la ubicación que me había proporcionado, se abrió ante nosotros un paisaje fascinante. El sol estaba a punto de rozar el océano que se pintaba con destellos dorados en el hermoso atardecer. La arena blanca invitaba sutilmente a quitarnos el calzado y sentir su caricia en nuestros pies. Aparqué el auto y me apresuré a abrir su puerta. Su mirada reflejaba aquel hermoso atardecer al igual que lo hacía el agua del mar. Podía notar en sus pupilas que estaba maravillada ante la escena. Recorrimos el camino de luces que adornaban la suave arena, ya descalzos y tomados de la mano. Fue increíble que después de cuatro años volvieran las mariposas como la primera vez. Nos sentamos sin decir mucho en la pequeña mesita que nos habían preparado y serví dos copas de vino. Después de brindar por nosotros, comenzamos a degustar los exquisitos platillos que nos esperaban y nos pusimos distraídamente a platicar de todo y de nada.
Tras haber terminado la cena, me quedé absorto contemplando su rostro, maravillado ante la constelación de sus pecas, como tantas otras veces. La pequeña cajita de madera comenzaba sentirse como si pesara una tonelada en el bolsillo de mi chaqueta. Me indicaba que era el momento. Las estrellas ya brillaban sobre nosotros y una luna llena nos sorprendió iluminando aquél espacio.
En ese momento sentía que nada en el mundo existía salvo nosotros, como si de pronto se hubiera detenido el tiempo y nos hubiera dejado solos a mí y a la única persona con la que deseaba compartir el resto de mi vida.
Autor: Christian Alexis López
Creador y Editor de Va de Amores




Deja un comentario