Al pensar en el primer amor, se nos vienen a la mente nuestros años de adolescencia. Es probable que recordemos a esa persona especial que estuvo con nosotros en la escuela, o a ese vecino o vecina simpática con la que crecimos juntos. A veces, ese primer amor llega tarde, varios años después de lo esperado, cuando pensabas que jamás llegaría. Y otras veces, es ese amor tempranero que dura toda la vida.
Sea quien sea la persona en la que piensas cuando escuchas hablar del primer amor, estás equivocado. Sí, lo siento. Esa persona en la que estás pensando, ese romance fugaz, ese amor de verano, ese cuento de hadas no es tu primer amor. Tu primer amor eres tú.
A mí me costó mucho tiempo entenderlo, porque soy de esas personas a las que el amor les llegó tarde. Sin embargo, llegó en el mejor momento posible, y por lo tanto llegó para quedarse.
Te platicaré en estas líneas un poco de mi historia.
Durante mis años de adolescencia temprana me comenzaron a llamar la atención las chicas. Moría de ganas de invitar a una a por un helado y andar, como decimos en México, de «manita sudada», tomados de la mano presumiendo que éramos novios. Pasó el tiempo y ese deseo fue incrementando cada vez más, y con ello la tristeza y la desesperación de saber que nada pasaba y no estaba llegando a ningún lado. Yo estaba encerrado en un caparazón invisible que me hacía sentir que no era lo suficientemente bueno, inteligente o atractivo para invitar a salir a una chica. Sin darme cuenta, me fui poniendo límites que no estaban ahí, y cada que luchaba para vencer uno de esos límites imaginarios, aparecía otro que me seguía bloqueando el paso. Que si estaba gordo, que si no tenía dinero, que si no sabía conducir, en fin. Siempre encontraba el pretexto perfecto para no atreverme a invitar a salir a una chica. Esto duró tanto tiempo que me creí el cuento que yo mismo me contaba sobre no ser suficiente. Para que te des una idea, mi primer cita con una chica fue cuando tenía 23 años. Para algunos parecerá muy tarde, para otros, es posible que estén en la misma situación que yo o en una «peor».
Lo primero que debes saber es que eso que te platico no es algo malo. La edad adecuada para hacer las cosas no existe. Las cosas llegan cuando tienen que llegar. Para mí, hasta que llegó ese momento lo entendí. Sin embargo, para llegar a ese momento tuve que entender otra cosa de mucho mayor importancia. El primer amor es el que siento yo por mí.
Cansado de ver los años pasar sin tener frutos en mi vida amorosa, me puse a reflexionar sobre qué estaba buscando y cómo lo estaba buscando, y me di cuenta que en realidad no estaba haciendo nada para mejorar como persona. El amor no iba a llegar por arte de magia a mi puerta y decirme: «Hola, soy el amor de tu vida. Mucho gusto». Esas cosas no pasan. Ahí fue que comprendí que debía de olvidarme de buscar la manera y el momento adecuados para invitar a salir a una chica, y debía de enfocarme en ser una persona feliz consigo misma.
Durante esa etapa de cambio, decidí enfocarme en mí. Hacía lo que me gustaba hacer, me dediqué a trabajar en mis proyectos y en mis hobbies, y encontré en mi día a día una motivación para hacerme feliz a mí y a nadie más. Entonces, me llegó el primer amor. El amor por mí mismo.
Poco después de este descubrimiento fue que comencé a tener más amigos y a ampliar mi círculo. Poco tiempo pasó antes de estar sentado a la mesa con una chica atractiva platicando de la vida. Y fue poco después cuando encontré a la que se convertiría en el amor de mi vida. Pero, para lograrlo, tuve que entender primero que si no te amas a ti mismo, no puedes amar a nadie más.
Ámate, consiéntete y disfrútate. Haz las cosas que te gustan hacer y vive tu vida como te gustaría. Tu primer amor debe ser siempre el que sientes por ti, por sobre nadie más, pues es contigo con quien vas a vivir por toda tu vida.
Otros amores ya llegarán. Y con suerte, llegará ese amor que se quede para acompañarte durante tu camino. Mientras tanto no descuides a quién eres y ámate lo suficiente como para querer ser mejor persona todos los días. Tu primer amor eres tú.




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