Por: Christian Alexis López

Acaba de pasar el catorce de febrero. Una fecha que muchos de tus amigos y conocidos celebran con fervor junto a su ser amado, y presumen fotos de románticas cenas y extravagantes regalos en todas sus redes sociales. Algunos incluso toman esta oportunidad para hacer una despampanante y costosa propuesta de matrimonio. En redes, todos parecen felices y realizados junto al “amor de su vida”, aún cuando sabes que en menos de tres meses ya no estarán juntos porque tu amigo es de esos que cambia de pareja más seguido que de sábanas en su cama. Sin embargo, ver esas fotos en tus redes te hace sentir miserable. Es como una bofetada acusadora que de alguna manera duele aún más porque intentaste a toda costa conocer a alguien en aplicaciones de citas desde hace meses para no pasar San Valentín completamente solo.

Es probable que vayas de primera cita en primera cita sin poder explicarte dónde está esa persona con la que compartirás tu vida. La búsqueda de pareja comienza a frustrarte, nadie parece ser lo suficientemente bueno, inteligente o atractivo para convertirse en tu pareja. Quizá, las pocas personas que a primera instancia parecen cumplir con tus expectativas son las que ya no se ponen en contacto contigo ni buscan una segunda cita.

Si todo lo que te cuento en estas líneas te suena familiar, lamento decirte que por principio estás haciendo algo mal: buscar una pareja.

¿Recuerdas el fantasmita del famoso videojuego del plomerito que va en búsqueda de la princesa? Tenemos la (mala) costumbre de pensar en que la persona ideal para nosotros es como esa princesa, y nosotros somos como el plomerito que constantemente lucha con las circunstancias para lograr llegar hasta ella. El amor real en diferente. El amor real es ese fantasmita elusivo que huye de ti cuando lo buscas y llega hasta ti cuando no estás viendo. Lo sé, es una analogía un tanto extraña, pero es cierto. Si quieres encontrar a la persona con la que quieres compartir tu vida —y no digo “a tu media naranja” porque es una frase que debemos dejar de utilizar, pero de eso hablaré en otro artículo— el principal consejo es simple, aunque parezca contradictorio: deja de buscar pareja.

Así es. El amor, elusivo como es, no podrá llegar a tu vida si constantemente estás buscándolo. Esto se debe a que el amor no debe ser una necesidad. Cuando buscamos algo, generalmente es porque lo necesitamos. Tendemos a proyectar e idealizar en una pareja las cosas de las que carecemos. Muchos pensamos que con la llegada de este ser especial podremos realizarnos completamente, y este es el error más grave y a peor forma de ver el amor. Las películas, libros y series de televisión nos han enseñado que existe una “media naranja” para nosotros, que está ahí afuera y debe ser encontrada para sentirnos completos. Pero la verdad es otra. Todos y cada uno de nosotros, con nuestros defectos, virtudes, hábitos y carencias somos una persona completa. Entender eso por principio de cuentas es fundamental para que la persona indicada llegue a tu vida. Si bien, cada uno de nosotros tenemos nuestras carencias, es importante reconocer que esas no se encuentran en otra persona. Así de imperfectos como somos, tenemos la capacidad de construirnos y completarnos a nosotros mismos. La realización debe venir desde adentro, por y para nosotros mismos, y el principal amor que debemos tener es hacia nosotros, pues es con nosotros mismos con quien compartiremos toda nuestra vida.

Si quieres encontrar a la persona ideal, deja de buscarla. Dedícate a trabajar en ti, en tus metas y en tus proyectos personales. Cuídate, ámate y trata todos los días de ser una mejor persona, y te aseguro que el amor te encontrará, pues al ser la mejor versión de ti mismo atraerás a la persona adecuada para ti.

Al convertir el amor en un complemento a tu vida y no en una necesidad, podrás tener mil citas quizá, pero ten por seguro que encontrarás a esa persona con la que vale compartir la totalidad de quien eres, sin esperar nada a cambio y sin tener que conformarte con alguien que no es para ti por el solo hecho de llenar un vacío en tu vida.